Estamos enfrentando tres desafíos estructurales –caída del consumo, restricción del crédito y una presión de costos insostenible-, que amenazan con profundizar la recesión del sector. Es hora de que tanto el sector público como el privado actúen con urgencia y responsabilidad porque no paran de cerrar empresas y comercios. Y la caída del empleo se profundiza.
Caída persistente del consumo
El consumo masivo muestra una retracción sostenida: en junio hubo una caída interanual en ventas pyme de 0,5 % a precios constantes y, en julio, la contracción se acentuó al 2% interanual, y 5,7 % respecto de junio, según relevamientos de CAME. Estos indicadores reflejan un entorno de consumo extremadamente débil, incluso durante el cobro del aguinaldo.
Crédito inaccesible y tasas que asfixian
El costo de financiamiento resulta prohibitivo: se mencionan tasas del 60%, 65% o incluso 70%, lo que impide a muchas pymes engrosar sus compras de insumos o sostener inventarios. Además, hay una caída tangible en el stock de créditos a pymes respaldado por SGRs, debido a la alta volatilidad de tasas y al riesgo asociado. Estos factores bloquean el acceso a préstamos razonables, afectando la operatividad y el crecimiento de las empresas.
Rentabilidad bajo mínimos y cierre de empresas
Según la encuesta Radar PYME (ENAC), solo el 28,4% de las pymes reportó rentabilidad en el segundo trimestre de 2025. Asimismo, desde el inicio del gobierno de Milei, se estiman 16.500 cierres de pymes, con 10.000 hasta junio de 2024, y otros 6.500 en los meses siguientes. Esta tendencia devastadora refleja la desesperación del sector ante la imposibilidad de operar en condiciones realistas.
Industria en recesión, desempleo en alza
Entre el segundo trimestre de 2025, el 19% de las pymes industriales despidió personal, mientras sólo el 14,9% incorporó trabajadores. Además, ocho de cada diez empresas no prevén nuevas contrataciones en el tercer trimestre. También crecen las alertas en torno a los niveles récord de presión importadora y caída de empleo en el sector industrial. En conjunto, el 70 % de las empresas reporta producción estable o en baja, y el índice de confianza PYME cayó a niveles recesivos.
Las pymes bonaerenses entre la espada y la pared
A nivel provincial, las pymes bonaerenses -motor del empleo y la producción de cada localidad-, no son ajenas a la crisis del sector a nivel nacional. Enfrentan una fuerte caída del consumo interno que golpea de lleno a sectores como el textil, alimentos, construcción y servicios.
A pesar de algunas importantes medidas de alivio fiscal y créditos blandos anunciados por el Gobierno de la Provincia, la inestabilidad política-económica por la que atraviesa el país empuja a que muchos empresarios se planteen reducir su actividad, suspender personal o directamente bajar sus persianas.
Este panorama muestra que las pymes están al borde del colapso. Sin consumo interno, sin crédito accesible y con costos crecientes, la sostenibilidad del entramado productivo está amenazada. A esto se le suma la incertidumbre ante las elecciones que se avecinan en la Provincia de Buenos Aires.
Es vital que el Gobierno restablezca con urgencia un programa de crédito PyME con tasas subsidiadas y plazos razonables. También, que se trabaje en políticas fiscales que alivien la carga impositiva; y estímulos sostenidos en el tiempo a la industria nacional ante la fuerte competencia de los productos que ingresan del exterior.
Desde FEBA, estamos dispuestos a colaborar activamente en el diseño de soluciones concretas. Si las pymes colapsan, no sólo se cierran empresas: se destruyen empleos, se debilita el tejido social y caen las fuentes de crecimiento local. No hay tiempo que perder, los números nos marcan esta cruda realidad.
Por: Camilo Alberto Kahale, presidente de la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA)